Eliminar las grasas trans evitará 1500 muertes por año

TransA partir del próximo 10 de diciembre, en Argentina no se podrán fabricar ni comercializar alimentos que contengan grasas trans de origen industrial*. Esta prohibición, surgida de la puesta en vigencia de una modificación del Código Alimentario Argentino, evitará anualmente hasta 1500 muertes asociadas a enfermedad coronaria, 2880 infartos agudos de miocardio y más de 1000 anginas inestables, totalizando más de 5.000 eventos coronarios agudos. Esto se traduce en un ahorro anual para el sistema de salud argentino (público, privado y obras sociales) que puede llegar hasta 100 millones de dólares asociados al tratamiento y seguimiento de estos casos.

Los datos surgen de una investigación llevada a cabo por el Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria (IECS), una organización independiente asociada a la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA) que se dedica hace más de una década a investigación en salud. El estudio del IECS fue realizado a través de su Centro de Excelencia en Salud Cardiovascular para el Cono Sur (CESCAS).

El director del IECS e investigador principal del estudio “Evaluación del impacto sanitario y económico de las política para eliminar las grasas trans en Argentina”, del que derivan estos datos, Prof. Dr. Adolfo Rubinstein, explica cómo se realizó este trabajo. “Antes de que se ponga en vigencia la prohibición de fabricar y comercializar productos que contengan grasas trans, estimamos cuánto se consumía de aceite vegetal parcialmente hidrogenado (responsables de las  trans). Luego consultamos a expertos del mercado alimenticio y analizamos a qué sustitutos (otras grasas y aceites) recurrirá la industria cuando se elimine el aceite vegetal parcialmente hidrogenado. Entonces estimamos el efecto clínico de dicha sustitución y calculamos cuánto se reducirá la enfermedad coronaria y cuánto dinero se ahorrará el sistema de salud con este cambio en la política alimentaria”, asegura.

“La eliminación de las grasas trans tendrá un gran impacto en la salud pública e implica un importante ahorro de dinero para el sistema de salud. Considerando que en nuestro país se registran casi 100.000 eventos coronarios anuales entre muertes coronarias, infartos y síndrome coronario (casi 5 episodios cada 1000 personas adultas por año, una frecuencia alta en comparación con otros países), la casi eliminación de grasas trans industriales podría evitar entre 1000 y 6000 eventos coronarios cada año, pudiendo ahorrarle al sistema sanitario hasta 100 millones de dólares en tratamientos evitados. En poblaciones de nivel socioeconómico más bajo, donde el consumo de grasas trans es mayor, este efecto podría ser mucho más grande”, añade Rubinstein.

Además, es una medida sumamente efectiva porque es universal y llegará a toda la población, incluidos los niños“, evalúa Rubinstein, quien destaca que Argentina es el primer país de Latinoamérica en introducir una política de este estilo sobre las grasas trans.

*El contenido de ácidos grasos trans de origen industrial se limita al 5% del contenido total de grasas.

El economista e investigador del IECS Ulises Garay agrega: “Los eventos coronarios tienen costos significativos para nuestro sistema de salud. Cuando alguien tiene un infarto, por ejemplo, se movilizan recursos de forma inmediata a través de  internaciones y servicios profesionales. Además, si la persona necesita de un tratamiento crónico, significa un flujo de costos para el sistema de salud a lo largo de toda la vida del paciente. En este estudio evaluamos justamente cuánto dinero ahorrará por año el sistema de salud por no tratar a los eventos coronarios que se evitarán cuando ya no se comercialicen productos que contengan grasas trans“.

“El efecto de una política como esta, que afecta a toda la población, puede ser enorme. Reemplazar las grasas trans (que son dañinas y no aportan ningún nutriente esencial a nuestro organismo) por otros aceites y grasas más saludables, puede tener un altísimo impacto en la salud de la población“, agrega la licenciada en nutrición e investigadora del IECS Natalia Elorriaga.