Un caso emblemático de lo que supone la ciencia abierta en la salud

El velo comenzó a correrse en julio de 2009, cuando un pediatra japonés posteó un comentario sobre la versión 2008 de la actual revisión Cochrane sobre IN[2] estaba basada fundamentalmente en los datos de un sólo documento: una revisión financiada por la industria farmacéutica publicada en 2003 en la revista Archives of Internal Medicine[3]. Entonces los autores de la revisión Cochrane le pidieron al laboratorio financiador y a los autores de los únicos dos estudios publicados en revistas con revisión de pares si podían facilitar los reportes completos de la investigación original (“clinical study reports”, CSR).Una revisión Cochrane puso en cuestión al ecosistema de evaluación y regulación de medicamentos y evidenció la importancia de la transparencia y la disponibilidad de datos.¿Qué sucede cuando las agencias gubernamentales de todo el mundo aprueban un medicamento con evidencia científica incompleta, tergiversada u omitida? Esto sucedió con inhibidores de la neuraminidasa (IN), fármacos utilizados en la prevención y tratamiento de la influenza (gripe). Desde 2002 a la actualidad, los gobiernos de distintos países han gastado siderales sumas de dinero en IN, especialmente para frenar pandemias de influenza tras el brote del virus H1N1 de 2009. Resumimos aquí los sucesos más destacables más extensamente descriptos en una publicación reciente[1].

Ambos autores se excusaron por diferentes motivos (entre ellos, una mudanza que habría hecho perder información) y el laboratorio dijo que estaba dispuesto a entregar la información si los revisores firmaban un acuerdo de confidencialidad. Esta condición no fue aceptada y dos interrogantes básicos, entre muchos otros, comenzaron aflorar: ¿Cuáles eran los daños y beneficios reales de los IN? y ¿hasta qué punto el cuerpo disponible de evidencia sobre IN era confiable? Tras una fuerte presión académica, los financiadores entregaron los CSR largamente requeridos.[4],[5]

Entonces un equipo internacional de investigadores en colaboración con el grupo Cochrane de Infecciones Respiratorias analizó esta enorme cantidad de información sobre los IN, desafiando el supuesto histórico de que los IN eran eficaces contra la influenza. La revisión Cochrane, publicada en 20141, confirmó entonces pequeños beneficios sintomáticos (como acortar la duración promedio de los síntomas en sólo medio día) y no mostró beneficios para reducir las internaciones o las neumonías confirmadas. Tampoco se demostró que los IN sirvieran para prevenir la propagación de la gripe de persona a persona.

Esta publicación puso en cuestionamiento todo el ecosistema de evaluación y regulación de medicamentos considerando que la Agencia de Medicamentos Europea había aprobado un IN (el Tamiflú, de Roche), el CDC americano y el europeo fomentaron el uso y el almacenamiento de esa droga (aunque no habían examinaron completamente los datos) e incluso la OMS, que la había recomendado, terminó reconociendo haber recibido presiones de líderes de opinión pagados por la industria.

Este caso emblemático, primer “gran” ejemplo de lo que supone la ciencia abierta en la salud, nos ha dejado valiosas enseñanzas. Esperemos que su contundencia refuerce significativamente la necesidad de garantizar que los datos de los ensayos sean plenamente transparentes y accesibles.

Por Dr. Agustín Ciapponi, coordinador del Centro Cochrane Argentino-IECS, médico especialista en clínica médica y en medicina familiar y Máster en Efectividad Clínica

Referencias


[1]Ciapponi A. Del escándalo del Tamiflu a una revolución de la evidencia científica en salud. Evid Act Práct Ambul. 2014, 17(2). Abr-Jun. 42-45.  – See more at: http://www.evidencia.org.ar/hitalba-pagina-articulo.php?cod_producto=4221#sthash.FDXVuBkH.dpuf

[2]Jefferson T, Jones MA, Doshi P, Del Mar CB, Hama R, Thompson MJ, et al. Neuraminidase inhibitors for preventing and treating influenza in healthy adults and children. Cochrane Database Syst Rev
2014;4:CD008965. Disponible en: http://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1002/14651858.CD008965.pub4/pdf

[3]Kaiser L, Wat C, Mills T, Mahoney P, Ward P, Hayden F. Impact of oseltamivir treatment on influenza-related lower respiratory tract complications and hospitalizations. Arch Intern Med 2003;63:1667-72.

[4]Godlee F. Clinical trial data for all drugs in current use. BMJ. 2012-10-29 16:10:15 2012;345.

[5]Bad Pharma: How drug companies mislead doctors and harm patients, Fourth Estate, 2012 (UK). ISBN 978-0-00-735074-2