Un nuevo estudio evidencia por quĆ© se requiere urgente consideraciĆ³n

BOLETÍN N°96

Alrededor de 4 millones de argentinos viven en zonas con altas concentraciones de arsénico en aguas subterráneas. El 87% de las muestras de agua de consumo de la provincia de Buenos Aires en áreas endémicas (zonas conocidas como problemáticas por este tema) contiene esa sustancia en niveles elevados. Estos y otros alarmantes datos surgieron de la primera revisión sistemática de la epidemiología del arsénico en Argentina, investigación que realizamos recientemente en el Centro Cochrane Argentino IECS y que fue publicada en la revista Science of the Total Environment (1). Imprimir

Quienes formamos parte de la comunidad científica sabemos que la exposición a este elemento químico constituye una seria amenaza para la salud de la población. Hace años que lo asociamos a cáncer (de piel, pulmón, vesícula y riñón), a enfermedades neurológicas y cardiovasculares ya problemas perinatales, además de a otras enfermedades benignas. Sin embargo, la magnitud de esta asociación no es clara para la población general. Hasta la llegada de esta revisión sistemática, la información disponible era escasa, aislada y de difícil acceso.

Pocos habitantes saben que el agua que se obtiene al abrir la canilla en ciertas localidades de Argentina tiene altas concentraciones de arsénico. El desconocimiento general es inmenso y estamos ante un enemigo invisible cuya talla es directamente proporcional a la desinformación.

En 1993 la Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció que, para el consumo, la cantidad de arsénico por litro de agua no debe superar los 10 µg (microgramos). Sin embargo, en ciertas regiones argentinas ese límite se supera ampliamente. En Bolívar, por ejemplo,nuestro estudio relevó niveles de hasta 300 µg/L, al igual que en Suipacha, Lobos y Chivilcoy, donde los contenidos superan los 100 µg/L. Y hay regiones de la provincia de Santiago del Estero que superan los 1000µg/L.

Según nuestra investigación, a nivel nacional la mayor concentración de arsénico en agua está en la región Chacopampeana (provincias de Chaco, Santiago del Estero, Córdoba, Tucumán y Buenos Aires), en el Noroeste (Salta y Jujuy) y en Cuyo (Mendoza, San Juan y San Luis). La población más afectada es la rural, que desconoce el riesgo al que se expone al consumir agua sin ningún tratamiento previo.

No todas las localidades que presentan altos niveles de este contaminante realizan los tratamientos adecuados. Algunas cuentan con plantas potabilizadoras y otras no. En algunos casos se oculta el problema, que lleva decenas de años sin solución, para minimizar responsabilidades o costos políticos. Es hora de encarar un diagnóstico y un tratamiento precisos. Por eso sería imprescindible que ahora que las autoridades cuentan con material confiable sobre la situación nacional, consideren al arsénico un problema de salud pública y creen un cuerpo multidisciplinario de gobierno que lo enfrente desde distintas áreas (epidemiológica, tecnológica, etc.). Desde nuestro rol de investigadores, estamos realizando diversas acciones para seguir profundizando la investigación en el  tema con la esperanza de que mayor y mejor evidencia científica aumente la sensibilización de diversos organismos del Estado. La salud de la población está bajo amenaza, hay mucho por hacer y ya hay evidencia que permite seguir avanzando.

Por Dr. Agustín Ciapponi, director del Centro Cochrane Argentino IECS.