El malgasto de fondos para la investigación en salud

La revista The Lancet publicó una serie de artículos donde señalan la falta de priorización de la inversión en investigación biomédica, desde el IECS analizamos las implicancias de esta tendencia. distrib

La revista Lancet abrió un debate sobre el malgasto en la investigación biomédica en enero de este año (1-5). Los artículos publicados analizan que los fondos asignados a los estudios científicos en salud han aumentado anualmente a nivel global, alcanzando en el año 2010 los 240.000 millones de dólares. No obstante, la mayoría de las investigaciones se han enfocado en conocer mecanismos básicos que podrían no tener relevancia en la salud humana, es decir, que sus logros no alcanzan para ser aplicados en la mejora de la salud de la población.

Enfatizan que es hora de cambiar de foco de las investigaciones hacia los temas prioritarios. También señalan que muchos proyectos que exploran intervenciones que apuntan a mejorar la salud no muestran resultados esperados. Sin embargo, y a pesar de que estos resultados pueden resultar frustrantes para los investigadores, resaltan que documentarlos es de gran relevancia porque da cuenta de la transparencia de la ciencia.

Esta serie de artículos enfatiza que deben implementarse soluciones para obviar el malgasto en ciencia y para ello, enumeran algunas ideas. Consideran que es necesario evaluar el valor y la contribución de la investigación básica en comparación con la investigación clínica y aplicada. Sostienen que el proceso por el cual las agencias financiadoras deciden las prioridades debe ser transparente dejando bien claro cómo tienen en cuenta las necesidades de los usuarios potenciales de las investigaciones; y además es clave que la asignación de fondos esté siempre precedida por una revisión sistemática de la evidencia disponible. También, es importante desarrollar y mejorar las fuentes de información sobre las investigaciones en marcha implementando un sistema de registro y publicación de los protocolos.

En línea con dichos artículos, profesionales del IECS publicamos una carta en el Lancet donde adherimos a los principios antes mencionados. Agregamos que en los países de medianos y bajos ingresos es necesario financiar proyectos que apunten a las necesidades de las poblaciones a las que están dirigidas las intervenciones. Ello redundaría en soluciones factibles y apropiadas para dichas poblaciones.

De los 240.000 millones de dólares asignados la investigación en al año 2010, sólo 26.000 millones fueron destinados a las países de medianos y bajos ingresos. Esta desigual e injusta distribución puede explicarse porque las agencias financiadoras asignan preferentemente los fondos a países de altos ingresos, inclusive en los proyectos que se implementan en los países de bajos y medianos ingresos. Otra limitante es la desigualdad en la competencia por la solicitud de fondos debido a la complejidad de esos procesos para la limitada estructura de las muchas instituciones de investigación de esos países.

Remarcamos que en nuestros países se observa una misma tendencia, ya que al igual que los países de altos ingresos, la mayoría de los fondos de investigación son asignados a la investigación básica. Por ejemplo, en Argentina, sólo el 6% del presupuesto dedicado a los estudios biomédicos se destina la investigación clínica y aplicada en salud pública.

Desde el IECS, sostenemos que para reducir el malgasto de inversión en investigación es necesario desarrollar y fortalecer institutos de excelencia en investigación aplicada. Estos centros deben ser multidisciplinarios, con sólida estructura profesional, sostenibles en el tiempo e independientes. Tienen que ser capaces de diseñar y hacer investigaciones sobre intervenciones originales, factibles, apropiadas y prioritarias para sus países; y además que cuenten con un excelente conocimiento de las necesidades y expectativas de la población. Es un desafío para estos centros el desarrollar una estructura de investigación que permita generar nuevos conocimientos incluyendo métodos para implementarlos. La formación de recursos humanos en la metodología de la investigación es también prioritaria para expandir en estos países la investigación aplicada. En esta línea estamos trabajando desde hace más de 12 años.

Una mejor distribución del dinero asignado en las investigaciones redundará en beneficios para la salud global.

Por José Belizán, Investigador, Departamento de Investigación en Salud de la Madre y el Niño, IECS.

Referencias
1. Glasziou P, Altman DG, Bossuyt P, Boutron I, Clarke M, Julious S, Michie S, Moher D, Wager E. Reducing waste from incomplete or unusable reports of biomedical research.
Lancet 2014;383:267-76.
2. Macleod MR, Michie S, Roberts I, Dirnagl U, Chalmers I, Ioannidis JP, Al-Shahi Salman R, Chan AW, Glasziou P. Biomedical research: increasing value, reducing waste.
Lancet 2014;383:101-4.
3. Al-Shahi Salman R, Beller E, Kagan J, Hemminki E, Phillips RS, Savulescu J, Macleod M, Wisely J, Chalmers. Increasing value and reducing waste in biomedical research regulation and management.
Lancet 2014;383:176-85.
4. Chalmers I, Bracken MB, Djulbegovic B, Garattini S, Grant J, Gülmezoglu AM, Howells DW, Ioannidis JP, Oliver S. How to increase value and reduce waste when research priorities are set.
Lancet 2014;383:156-65.
5. Ioannidis JP, Greenland S, Hlatky MA, Khoury MJ, Macleod MR, Moher D, Schulz KF, Tibshirani R. Increasing value and reducing waste in research design, conduct, and analysis.
Lancet 2014;383:166-75.
6. Belizán JM, Rubinstein A, Rubinstein F, Althabe F. Research: increasing value, reducing waste.
Lancet 2014;383:1125-6.