EN LOS SUPERMERCADOS DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES LOS ALIMENTOS NO SALUDABLES OCUPAN 4 VECES MAS ESPACIO EN LAS GONDOLAS QUE LOS ALIMENTOS SALUDABLES

El dato surge de un estudio realizado por un equipo de investigación del IECS en 32 supermercados de las 15 comunas de la Ciudad de Buenos aires. Dentro de los resultados arrojados por el estudio, los especialistas subrayan que la presencia de alimentos no saludables fue menor en las comunas de menores ingresos, y  que la proporción de alimentos saludables dentro del supermercado resultó menor en aquellos sitios de mayor visibilidad, como la proximidad de las cajas.

“Nuestras elecciones alimentarias influyen directamente en nuestra salud, pero también pueden influir en el ecosistema y en el sistema alimentario que produce los alimentos que consumimos. De la misma forma, nuestras elecciones alimentarias pueden verse influidas por lo que el sistema alimentario produce y promociona”, explica la Dra. Natalia Elorriaga, nutricionista, magíster en Efectividad Clínica, investigadora del IECS y del CONICET y doctora de la Facultad de Medicina de la UBA.

La especialista agrega: “Si en esos puntos de venta, hay además una mayor oferta de alimentos no saludables, que se ubican en espacios de gran visibilidad o al alcance de niños y niñas, con promociones y descuentos, nuestras decisiones pueden verse influidas por el entorno”.

Los resultados a los que arriba esta investigación resulta de vital importancia en un contexto en el que se está debatiendo una medida alimentaria como el etiquetado frontal de alimentos.

La Dra. Elorriaga y un grupo de colegas clasificaron los productos disponibles para la compra en alimentos y bebidas saludables y no saludables basándose en las Guías Alimentarias para la Población Argentina y seleccionaron un grupo reducido de alimentos en cada categoría, siguiendo los lineamientos de un protocolo internacional. Se consideró “saludables” a aquellos recomendados de preferencia para consumir diariamente; alimentos frescos o con bajo grado de procesamiento. Los “no saludables”, en cambio, incluyen alimentos que las guías recomiendan limitar o consideran “de consumo opcional” y solo deberían aportar una proporción minoritaria de las calorías diarias. 

Los investigadores, además, midieron los metros lineales de góndolas que los supermercados porteños (tanto los llamados “chinos” como los de cadena) destinaban a un grupo de alimentos saludables y a otro grupo de productos no saludables y luego calcularon la proporción que ocupaban aquellos “saludables”.

El resultado promedio fue decepcionante: el espacio de los alimentos poco saludables evaluados era cuatro veces mayor que el ocupado por los alimentos pertenecientes al grupo saludables. La relación fue más desfavorable en las comunas con menor nivel de ingresos de la ciudad.

Además,  en el 97% de los locales relevados había al menos un alimento poco saludable en el sector de las cajas, mientras que solo en 28% de los locales había al menos un alimento saludable.

Los investigadores también analizaron 4418 alimentos y bebidas promocionados en folletos distribuidos por siete cadenas de supermercados de la Ciudad de Buenos Aires con sus ofertas y los compararon con las recomendaciones de la Guías Alimentarias para la Población Argentina (GAPA).

Los resultados no fueron muy diferentes a lo encontrado en las góndolas: más de la mitad de los alimentos promocionados en los folletos de supermercados evaluados en la Ciudad de Buenos Aires pertenecieron al grupo de “alimentos de consumo opcional” y al grupo de “bebidas alcohólicas”. Menos del 40% eran promociones de los cinco grupos recomendados en las guías alimentarias y el agua.

“El problema actual del sobrepeso y la obesidad en la población infantil y adulta de nuestro país es alarmante y para ser abordado requiere un enfoque multidimensional”, agrega la Dra. Vilma Irazola, directora del Departamento de Investigación en Enfermedades Crónicas del IECS. “El ambiente alimentario, lo que nos rodea, puede influir en la elección de alimentos y en este sentido puede facilitar o crear barreras para la adopción de hábitos saludables. En búsqueda de soluciones, como ya conocemos, es importante tener en cuenta el ambiente en el hogar, en la comunidad, en la escuela, y también los puntos de venta de alimentos y bebidas y sus promociones”, concluye Irazola.