EN LOS SUPERMERCADOS DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES LOS ALIMENTOS NO SALUDABLES OCUPAN 4 VECES MAS ESPACIO EN LAS GONDOLAS QUE LOS ALIMENTOS SALUDABLES

Junio 2021

GACETILLA

EN LOS SUPERMERCADOS DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES LOS ALIMENTOS NO SALUDABLES OCUPAN 4 VECES MAS ESPACIO EN LAS GONDOLAS QUE LOS ALIMENTOS SALUDABLES

EL DATO SURGE DE UN RELEVAMIENTO DE INVESTIGADORES DEL INSTITUTO DE EFECTIVIDAD CLÍNICA Y SANITARIA (IECS) REALIZADO EN 32 ESTABLECIMIENTOS DE TODAS LAS COMUNAS DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES.

Según una investigación realizada por el Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria (IECS), una institución académica afiliada a la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA), en los supermercados porteños, los alimentos no saludables ocupan un espacio 4 veces mayor que los alimentos saludables. Y la proporción de alimentos saludables resultó menor en aquellos sitios de mayor visibilidad, como la proximidad de las cajas.

  • Todos los alimentos relevados que estaban dentro de un grupo denominado “no saludables” (formado por galletitas dulces, golosinas, snacks salados tipo papas fritas o productos de maíz, bebidas azucaradas) estaban disponibles en todos los supermercados, con una alta presencia en los lugares de mayor visibilidad. Sin embargo, la presencia de los productos pertenecientes al grupo de “saludables” (frutas y verduras, cereales integrales sin azúcares agregados, legumbres secas, frutos secos sin sal agregada y agua) fue menor y varió según el producto.

La información proviene de un relevamiento realizado en 32 establecimientos de las 15 comunas de la ciudad, en el marco de un trabajo más amplio que busca analizar el impacto de distintos factores que operan como barreras para una alimentación saludable. El material resulta de vital importancia en un contexto en el que se está debatiendo una medida alimentaria como el etiquetado frontal de alimentos. Dentro de los resultados arrojados por el estudio, los especialistas destacan que se encontraron diferencias entre las distintas zonas de la cuidad. La presencia de alimentos no saludables fue menor en las comunas de menores ingresos.

“Nuestras elecciones alimentarias influyen directamente en nuestra salud, pero también pueden influir en el ecosistema y en el sistema alimentario que produce los alimentos que consumimos. De la misma forma, nuestras elecciones alimentarias pueden verse influidas por lo que el sistema alimentario produce y promociona. Para comprar alimentos saludables, es necesario que estos estén disponibles en los puntos de venta a un precio que podamos pagar”, explica la Dra. Natalia Elorriaga, nutricionista, magíster en Efectividad Clínica, investigadora del IECS y del CONICET y doctora de la Facultad de Medicina de la UBA.

La especialista agrega: “Si en esos puntos de venta, hay además una mayor oferta de alimentos no saludables, que se ubican en espacios de gran visibilidad o al alcance de niños y niñas, con promociones y descuentos, nuestras decisiones pueden verse influidas por el entorno. Cuando el ambiente, por distintos mecanismos, puede influir promoviendo y facilitando la compra de alimentos y bebidas poco saludables o el exceso de calorías vacías, lo llamamos entorno alimentario poco saludable o ambiente ´obesogénico´”.

CÓMO SE REALIZÓ EL ESTUDIO

La Dra. Elorriaga y un grupo de colegas* clasificaron los productos disponibles para la compra en alimentos y bebidas saludables y no saludables basándose en las Guías Alimentarias para la Población Argentina y seleccionaron un grupo reducido de alimentos en cada categoría, siguiendo los lineamientos de un protocolo internacional.

  • Se consideró “saludables” a aquellos recomendados de preferencia para consumir diariamente; alimentos frescos o con bajo grado de procesamiento. Dentro de este grupo de seleccionaron los siguientes alimentos y bebidas: frutas y verduras -tanto frescas como congeladas-, cereales integrales sin azúcares agregados, legumbres secas, frutos secos sin sal agregada y agua.
  • Los “no saludables” incluyen alimentos que las guías recomiendan limitar o consideran “de consumo opcional” y solo deberían aportar una proporción minoritaria de las calorías diarias. Dentro de este grupo, se seleccionaron los siguientes productos: galletitas dulces, golosinas, snacks salados (como papas fritas, palitos de maíz, etc) y bebidas azucaradas (incluyendo gaseosas, aguas saborizadas y jugos artificiales), todos ellos ultraprocesados.

En el estudio, que tomó como base un protocolo internacional desarrollado por la Red Internacional para la Investigación, Monitoreo y Apoyo a la Acción para la Alimentación, Obesidad y Enfermedades No Transmisibles (INFORMAS por sus siglas en Inglés) con las adaptaciones correspondientes, los investigadores midieron los metros lineales de góndolas que los supermercados porteños (tanto los llamados “chinos” como los de cadena) destinaban a un grupo de alimentos saludables y a otro grupo de productos no saludables y luego calcularon la proporción que ocupaban aquellos “saludables”. El resultado promedio fue decepcionante: el espacio de los alimentos poco saludables evaluados era cuatro veces mayor que el ocupado por los alimentos pertenecientes al grupo saludables. La relación fue más desfavorable en las comunas con menor nivel de ingresos de la ciudad.

Además, cuando los investigadores analizaron la disposición de los productos según las distintas ubicaciones internas de los establecimientos, comprobaron que la proporción de los “saludables” disminuye a medida que crece la visibilidad en las góndolas.

En otras palabras: en estantes en el fondo de los supermercados, por ejemplo, puede haber una cantidad comparable de espacio asignado a alimentos saludables y no saludables. Pero, cerca de las cajas o en las cabeceras de las góndolas orientadas hacia las cajas, que son espacios que incitan más a comprar, los más saludables pueden representar apenas el 1% del total. De hecho, en el 97% de los locales relevados había al menos un alimento poco saludable en el sector de las cajas, mientras que solo en 28% de los locales había al menos un alimento saludable.

Cabe mencionar que entre las intervenciones que pueden implementarse para revertir el actual panorama desde el sector privado, en Argentina se aprobaron recientemente regulaciones en tres provincias. Se trata de iniciativas que limitan la disponibilidad de ciertos productos ultraprocesados no saludables en y cerca de las cajas de los locales de las provincias de Neuquén (Ley 3224/2019), Río Negro (Ley 5383/2019) y La Pampa (Ley 3248/2020). Se han desarrollado también otros proyectos de ley similares en otras provincias dentro de las que se incluye la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Otra intervención esperada en nuestro país, que sin duda influirá en el entorno alimentario en los locales de venta de alimentos, es el etiquetado frontal de alimentos, herramienta que permitirá promover las elecciones saludables a través de la información clara.

PROMOCIONES EN FOLLETOS

En el marco de este proyecto, los investigadores también analizaron 4418 alimentos y bebidas promocionados en folletos distribuidos por siete cadenas de supermercados de la Ciudad de Buenos Aires con sus ofertas y los compararon con las recomendaciones de la Guías Alimentarias para la Población Argentina (GAPA). Dichas guías recomiendan basar la alimentación en el consumo diario de cinco grupos de alimentos recomendados (1. Frutas y verduras, 2. Legumbres, cereales, papa, pan y papas, 3. Leche, yogur y quesos, 4. Carnes y huevos, 5. Aceites, Frutas secas y Semillas), Además, recomiendan utilizar el agua como bebida y limitar el consumo del grupo de alimentos de consumo opcional (incluyendo, entre otros, alimentos y bebidas con exceso de azucares, grasas poco saludables y/o sodio).  Las guías también aconsejan tratar de preparar comidas caseras, incorporando alimentos frescos, regionales y preferentemente de estación.

Con respecto a los folletos, los resultados no fueron muy diferentes a lo encontrado en las góndolas. Más de la mitad de los alimentos promocionados en los folletos de supermercados evaluados en la Ciudad de Buenos Aires pertenecieron al grupo de “alimentos de consumo opcional” y al grupo de “bebidas alcohólicas”. Menos del 40% eran promociones de los cinco grupos recomendados en las guías alimentarias y el agua.

“Es importante que los productos saludables estén accesibles y sean promocionados, esto genera un ambiente que facilita elegir alimentos saludables. Según nuestro estudio, además de la disponibilidad y ubicación dentro del local, las promociones de alimentos no saludables son más frecuentes que las de los alimentos recomendados. Este estudio nos sugiere que algunos espacios donde compramos alimentos y bebidas pueden mejorarse en este sentido y es posible explorar intervenciones en estos locales que puedan fomentar una dieta más saludable”, señala Elorriaga. En este sentido, subrayó que se denomina “entornos alimentarios saludables a aquellos que promueven y facilitan una alimentación saludable, basada en las guías alimentarias de cada país, en la que los alimentos en ellas recomendados se encuentran ampliamente disponibles y promocionados, a un costo asequible”. 

“El problema actual del sobrepeso y la obesidad en la población infantil y adulta de nuestro país es alarmante y para ser abordado requiere un enfoque multidimensional”, agrega la Dra. Vilma Irazola, directora del Departamento de Investigación en Enfermedades Crónicas del IECS. “El ambiente alimentario, lo que nos rodea, puede influir en la elección de alimentos y en este sentido puede facilitar o crear barreras para la adopción de hábitos saludables. En búsqueda de soluciones, como ya conocemos, es importante tener en cuenta el ambiente en el hogar, en la comunidad, en la escuela, y también los puntos de venta de alimentos y bebidas y sus promociones”, concluye Irazola.

Del trabajo del IECS, que se enmarca en un proyecto más amplio titulado: “Precios, asequibilidad y accesibilidad de los alimentos: estudio colaborativo argentino”, también participan la Fundación Interamericana del Corazón (FIC) y el Centro de Estudios de la Sociedad y del Estado (CEDES). Fue financiado por el International Development Research Centre (IDRC) de Canadá (una organización estatal de dicho país)

*El grupo de investigación estuvo conformado por: Dra. Natalia Elorriaga, Mg. Daniela Moyano, Lic. Ana Cavallo, Lic. Laura Gutierrez, Lic. María Victoria Lopez, Lic. Camila Panaggio, Maimouna Faye, Verónica Torres y Dra. Vilma Irazola.

ACERCA DEL IECS: El IECS es una institución académica independiente y sin fines de lucro que se dedica a investigación, educación y cooperación técnica en salud. Fundada en 2002, es una institución afiliada a la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA) que alberga una unidad ejecutora del CONICET, un centro Colaborador de la OMS y un Centro Cochrane. La misión del IECS es “contribuir a mejorar la salud global, generando y promoviendo la aplicación de la mejor evidencia científica”.

 

CONTACTO DE PRENSA IECS: 

Lic. Mariana Comolli, Coordinadora de la Unidad de Comunicación.   

Tel.: (011) 4777-8767 int. 133. mcomolli@iecs.org.ar