Estudio cientifico demuestra que ingerir apenas una pizca de sal aumenta, a largo plazo, un 1% la mortalidad cardiovascular

En el marco de la Semana Mundial de la Sal, que se conmemora del 16 al 22 de marzo, un estudio científico publicado recientemente en la revista Public Health Nutrition basado en el análisis de 229 mil personas de distintos países evidencia que ingerir apenas una pizca de sal (500 miligramos) aumenta, a largo plazo, un 1% la mortalidad cardiovascular.

El dato surge de un trabajo llevado a cabo por investigadores del Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria (IECS), una organización académica independiente, afiliada a la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA) que se dedica hace más de una década a la investigación científica, la educación y la cooperación técnica en salud. El estudio del IECS fue realizado a través de su Centro de Excelencia en Salud Cardiovascular para el Cono Sur (CESCAS).

“En general, la gente sabe que comer con mucha sal no es bueno, pero desconoce que agregar un poco ya trae consecuencias. Los sobrecitos de sal tienen 2 gramos. Si pensamos que es muy habitual que a cada comida se le agregue una pizca de sal (que es más o menos la ¼ parte de un sobrecito, es decir, unos 500 miligramos), con esa pequeñísima cantidad ya se está aumentando la mortalidad a largo plazo en un 1 por ciento. Esto significa que las pizcas de sal no son inocuas, tienen un efecto en la mortalidad que ha quedado demostrado en este estudio”, asegura la Dra. Rosana Poggio, cardióloga, epidemióloga cardiovascular del IECS y autora de artículo publicado en Public Health Nutrition.

La sal tiene sodio y “este estudio demuestra que las personas que consumen más sodio incrementan la mortalidad cardiovascular en un 12%, comparado contra los que menos consumen. También se evidencia que los sujetos hipertensos y los de más edad son los más afectados”, agrega la especialista.

La sal aumenta la presión arterial y la hipertensión es justamente la principal causa de enfermedades del corazón como infarto de miocardio, insuficiencia cardíaca y accidente cerebro-vasculares (ACV). La hipertensión es el principal factor de riesgo de enfermedades cardiovasculares, que constituyen una de las principales causas de muerte en Argentina.

Las principales fuentes de sal son los alimentos procesados, como hamburguesas y snacks (papas fritas, chizitos, palitos, nachos, etc.) y el pan. Por eso, un consejo útil es evitar su consumo y cocinar más en casa. “Se puede, por ejemplo, comprar carne picada y hacer las hamburguesas caseras en vez de recurrir a las de cajita. Reemplazar la sal por hierbas o limón (elementos que saborizan sin agregar sodio) es una buena medida para bajar la ingesta de sal. Otro consejo útil es no poner el salero en la mesa, para así evitar la tentación de agregar sal a las comidas”, concluye Poggio.

Cabe señalar que para llegar a los resultados del estudio aquí presentados, la Dra. Poggio, junto a otros cinco investigadores del IECS, analizaron once estudios epidemiológicos que incluyeron datos de casi 230 mil personas de entre 20 y 79 años de Estados Unidos, Japón, Bélgica, Holanda, Escocia y Finlandia.

SAL: INFORMACIÓN ADICIONAL

  • El Instituto de Medicina de los Estados Unidos reportó que el consumo ideal de sal es de 4 a 6 gramos por día (1500 y 2300 miligramos de sodio aproximadamente).
  • Si bien la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda no consumir más de 5 gramos de sal por día, en Argentina se estima que el consumo promedio es de 7 a 9 gramos.
  • Nuestro país es el primero de América Latina que reguló el contenido de sodio en alimentos procesados. Contamos con una ley (Ley Nacional Nº26.905) que fue sancionada en 2013 y puesta en vigencia en diciembre de 2014 que establece, en una primera etapa, el descenso de la cantidad de sodio que deben tener ciertos alimentos procesados (como productos cárnicos y derivados, farináceos y sopas).

INFORMACIÓN ADICIONAL DEL ESTUDIO

  • Este trabajo es el primero en poder resumir los resultados de estudios epidemiológicos que analizaron el efecto del sodio sobre la mortalidad cardiovascular.
  • Se trata de una revisión sistemática y meta-análisis llevada a cabo por seis investigadores del IECS (Dra. Rosana Poggio, Lic. Laura Gutierrez, Dra. María Gabriela Matta, Lic. Natalia Elorriaga, Dra. Vilma Irazola y Dr. Adolfo Rubinstein).
  • Fue publicado en 2014 en la revista Public Health Nutrition con el título “Daily sodium consumption and CVD mortability in the general population: systematic review and meta-analysis of prospective studies”.